El poeta y traductor mexicano Rafael Segovía, ofrecerá el taller de poesía en español en UTV 2024. Conócelo a través de esta entrevista exclusiva.
The Mexican poet and translator Rafael Segovía will lead our 2024 Spanish-language poetry class. Enjoy his exclusive interview with Under the Volcano.
¿Qué libros está leyendo ahora?
Suelo leer más de un libro a la vez. Ahora mismo estoy leyendo una novela de August Strindberg que se llama “La coronación del edificio” y un relato autobiográfico, “Vida de poeta”, de Robert Walser. En esta ocasión, los dos libros están en versión francesa. También leo de vez en vez algún poema, y por ahora estoy leyendo a López Velarde y a Rilke.
¿A qué libros recurre a lo largo del tiempo? ¿Por qué?
Tengo varios planos de referencia: por un lado, literarios: los clásicos españoles, mexicanos, latinoamericanos y franceses (poetas y dramaturgos del Renacimiento y barroco) y también mis “clásicos” románticos y modernos: Victor Hugo, Nerval, Zola, Goethe, Hölderlin, Novalis, Strindberg, Bataille, Klossowski, Thomas Mann, Robert Musil, Georg Trakl— autores a los que vuelvo con frecuencia, y por otro lado mis lecturas más bien filosóficas o de pensamiento: Nietzsche, Heidegeer, Maurice Blanchot, Barthes, Spinoza, Bachelard, etc. ¿Por qué? Porque, por un lado me parece que son libros que contienen una literatura de peso, a la que siempre hay que volver, y por otro porque siempre descubro cosas nuevas al releerlos. Pero también leo “novedades”, muchas que llegan a mis manos y otras que me recomiendan o me dan curiosidad.
¿Con cuáles tres escritores, vivos o muertos, te gustaría tomar un café o un trago? ¿Por qué?
Difícil elección, pero creo que escogería a Voltaire, a Thomas Mann y a René Char (con quien de hecho sí conviví, y lamenté mucho no haber vuelto a verlo antes de su muerte). ¿Por qué? Porque creo que tendría muchas cosas que preguntarles.
¿Tiene alguna pasión o talento secundario aparte de la escritura que podría sorprender a los demás?
Tengo un talento que poca gente conoce: la iluminación teatral. Es un oficio que practiqué poco, pero que me encanta positivamente.
¿Cuál fue su momento de mayor desesperación como escritor y cómo lo superó?
No me parece que la desesperación sea un sentimiento característico de la relación con la escritura. Uno puede sentirse limitado, inconsistente, sin ideas, entrampado en un proyecto, pero eso no lleva–por lo menos en mi caso–a la desesperación, tal vez a cierta depresión o tristeza.
¿Si pudiera ofrecer tres consejos a los escritores jóvenes, ¿cuáles serían?
(Otra vez tres: debe ser un número cabalístico.) El primero que sepan si consideran el arte—y la literatura en particular – como algo fundamental para el ser humano, y no una simple fuente de entretenimiento. Eso debe traducirse en que piensan que el verdadero arte “dice” algo de lo más profundo que hay en nosotros. El segundo, que se alejen del glamour de los medios artísticos, si buscan a sus colegas escritores que sea para alimentar un diálogo significativo, no para participar en una tribu muchas veces decadente. El tercero (que me recomiendo a mí mismo también) es que es necesario construirse una disciplina de trabajo. Cuidado con la dispersión, la facilidad o el desaliento.