Miami, Florida
Writing of Witness
with Elizabeth Rosner
By the time my parents and grandparents were my age, they had all abandoned their
homelands: survivors of World War I, the Spanish Civil War, and the Cuban Revolution. As a “Jewban” of mixed heritage, I grew up between the Caribbean, Europe and the U.S. in between the liminal dreamscapes of these places and their aftershocks. I didn’t inherit silver heirlooms. Instead, I grew up with a special virtue of freedom — something you can pack in a suitcase. Writer Adam Gopnik describes this gift as one that won’t make you richer and more powerful but allows you to understand what it means to be alive. Or rather: with a certain responsibility because I had survived. It’s no wonder I have worked almost the last two decades as a journalist, moved by the need to pursue facts, and exhume truths if necessary. But after a lifelong dedication to the witnessing of others, throughout a career that first began in Israel and has taken me to France and throughout the Americas, it is time to come home. If there ever is a place for people like me, it’s somewhere in the colors of memory.
Cuando mis padres y abuelos hubieran cumplido mi edad, todos ya habían abandonado sus tierras: supervivientes de la Primera Guerra Mundial, la Guerra Civil Española y la Revolución Cubana. Como judía de herencia mixta me crié en el Caribe, Europa y Estados Unidos, entre los paisajes oníricos liminales de estos lugares y sus secuelas. No heredé reliquias de plata. En cambio, crecí con la virtud especial de la libertad, algo que no puedes guardar en una maleta, ni cabe en ningún espacio superior de la cabina. El escritor Adam Gopnik describe este regalo como uno que no te hará más rico ni más poderoso, pero te permitirá comprender lo que significa estar vivo. O, mejor dicho: con cierta responsabilidad por haber sobrevivido. No es de extrañar que haya trabajado casi las últimas dos décadas como periodista, impulsada por la
necesidad de investigar hechos y exhumar verdades de ser necesario. Pero después dedicarme a tiempo completo al testimonio de los demás, a lo largo de una carrera que comenzó en Israel y me ha llevado a Francia y a lo largo de América Latina, toca volver a casa. Si es que este existe para personas como yo, es en algún lugar entre los colores de la memoria.