Rafael Segovia


La intención del poema
Para cualquier escritor, la poesía es un exigente reto disfrazado de libertad. Al parecer, expresarse poéticamente debe ser un ejercicio espontáneo y nacido de la inspiración.
Al menos esa es la idea que nos da la lectura de las grandes obras poéticas. Y sin embargo, no hay tal vez ningún medio expresivo más difícil de dominar, incluyendo los que requieren años de aprendizaje y práctica, como la pintura o la música.
En este taller trabajaremos nuestros poemas como se examina un compuesto biológico, es decir un cuerpo vivo: usando el microscopio para detenernos en cada una de sus células, el análisis químico para detectar las contaminaciones expresivas, la lectura del ADN para entender su filiación y su parentesco con las múltiples voces literarias, todo ello a la luz de la intención íntima de cada autor/a, quien afinará así su oído para escucharse a sí mismo/a y podrá refinar su creación a la luz de una comprensión prismática.
La lectura de una pequeña selección de grandes poemas servirá de referencia tonal para afinar nuestro oído y nuestra paleta de colores: East Coker, de T. S. Elliot, Muerte sin fin, de José Gorostiza, Les assis, de Arthur Rimbaud, y Primera y octava Elegías de Duino, de Rainer Maria Rilke